El término municipal de La Losa posee varios restos históricos y monumentales que nos cuentan la historia de este pueblo situado a los pies de la mágica figura de la sierra de “la Mujer Muerta”. Empezando por la zona sur de La Losa, cerca de la ermita de la virgen de Cepones, patrona del municipio. Entre dicha ermita y el pueblo se sitúa un yacimiento visigodo fechado entre los siglos VI y VIII en el que se han encontrado restos de trabajos metalúrgicos, que seguro tienen relación con el importante yacimiento del Cerro de los Almadenes en Otero de Herreros. Debemos continuar con la ermita de San Pedro de La Losa, del siglo XIII, situada al norte del municipio. Esta ermita es uno de los mejores ejemplos del románico en esta zona serrana. Y, para terminar, en el pueblo de La Losa se sitúa la magnífica iglesia de San Juan Evangelista, de finales del siglo XV. Esta iglesia posee varios detalles que la hicieron ser declarada Bien de Interés Cultural en 1995.
Al norte del pueblo de La Losa, junto a la carretera que lleva a Madrona, se encuentra la “Fuente Salá”. Daniel de Cortazar, distinguido ingeniero de minas describía este manantial en 1881, con olor a “huevos podridos y sabor repugnante”. Además, en datos cartográficos de 1903 se constata, en esa misma zona, la presencia de una casa de aguas minerales que a modo de balneario aprovechaba las supuestas propiedades sanadoras de este manantial. De hecho, en la roca que acoge el caño de la fuente se puede leer una inscripción del siglo XIX: “A beneficio de la humanidad doliente”. Si bien es cierto que pudo esta agua ser beneficiosa en el pasado, análisis recientes han revelado una alta presencia de fluoruros (producto del lavado de rocas graníticas) que en tan altas concentraciones pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud.
Puerta de entrada a la ermita de San Pedro de La Losa