ortigosa del monte: a los pies de la cañada real

Dos espectaculares capiteles en los que apoya el arco triunfal que comunica la nave principal con el presbiterio, son uno de los pocos detalles románicos que le quedan a la iglesia de San Julián de Ortigosa del Monte, pero permiten datar la construcción de la iglesia primitiva en el siglo XIII. Esto, unido a que en documentos de 1247 aparece una aldea con el nombre de Ortigosiella en la archidiócesis segoviana, hace posible situar el origen de esta población en torno a la decimotercera centuria de nuestra era. Además, en 1273, Alfonso X “el sabio” había protegido mediante edicto Real las cañadas y creado el Honrado Concejo de la Mesta, favoreciendo desde entonces, y durante muchos siglos, la transhumancia de ganado entre los pastos invernales del sur y los estivales del norte de la Península.

En el medio de ese viaje se encuentran los pastos frescos del piedemonte norte del Sistema Central. La situación de Ortigosa del Monte mucho tiene que ver con la transhumancia y con esos pastos, nutridos por el agua de sus magníficos manantiales. Por la Cañada Real de la Vera de la Sierra llegaban siempre sobre los meses de mayo los grandes rebaños, justo en época del esquileo. Por eso, tenemos en esta área de la sierra la mayor concentración de ranchos de esquileo de toda la Península, y en Ortigosa podemos ver restos de un importante rancho de esquileo-lavadero, que en 1750 esquilaba 30.000 cabezas de ganado, siendo uno de los pocos que adosado al esquileo poseía un lavadero donde preparar las lanas para su exportación a la Europa del siglo XVIII, donde la lana merina segoviana era muy apreciada.

Torre de la iglesia de San Julián